Los retazos llegan:
De una ciudad, de un pueblo chico.
De chicos, de abuelos.
De desocupados, de trabajadores.
De una escuela que tiene internet, de otra a la que no le funciona la “A” en la máquina de escribir.
De alguien a quien el transporte escolar lo pasa a buscar, de alguien que de a caballos va a la escuela.
De alguien que se quedo sin trabajo.
Del que despidió.
Del que no sabe qué libro elegir para leer.
Del que no sabe leer.
Del que mando su retazo por un correo privado.
Del que espero que un camionero viajara a Rosario.
Del que calcula como llegar a fin de mes, del que planea las vacaciones.
Del que pilotea un avión.
Del que le tiene miedo a las alturas.
Del que sueña con irse lejos.
Del que sueña con volver.
Del que se preocupa por el precio del dólar.
Del que se preocupa por el precio del arroz.
Del que escribió un libro.
Del que barre la vereda.
De que fabrico la escoba.
Del que esta a punto de descubrir un medicamento.
Del que lo necesita para seguir viviendo.
Del que le sobra el tiempo.
Del que no le alcanzan las horas.
Del que estudia para un examen.
Del que prepara el cuestionario.
Del que dice que no hay nada por hacer y sigue luchando.
Del que lucha cuando no hay nada mas por hacer.
Del que no tiene techo, del que fabrica ladrillos.
Del que vuelve de bailar a la madrugada.
Del que se levanta a la madrugada para ir a trabajar.
Del que escribe una carta.
Del hachero que tala arboles para una papelera.
Del que compra un traje.
Del que junta a mano el algodón.
Del que se inunda.
Del que pierde la cosecha por la sequia.
Del que cosecha la uva.
Del que brinda con buen vino.
Del que amasa el pan.
Del que siembra trigo
Del que lo comparte
… así es la historia de los retazos.
De una ciudad, de un pueblo chico.
De chicos, de abuelos.
De desocupados, de trabajadores.
De una escuela que tiene internet, de otra a la que no le funciona la “A” en la máquina de escribir.
De alguien a quien el transporte escolar lo pasa a buscar, de alguien que de a caballos va a la escuela.
De alguien que se quedo sin trabajo.
Del que despidió.
Del que no sabe qué libro elegir para leer.
Del que no sabe leer.
Del que mando su retazo por un correo privado.
Del que espero que un camionero viajara a Rosario.
Del que calcula como llegar a fin de mes, del que planea las vacaciones.
Del que pilotea un avión.
Del que le tiene miedo a las alturas.
Del que sueña con irse lejos.
Del que sueña con volver.
Del que se preocupa por el precio del dólar.
Del que se preocupa por el precio del arroz.
Del que escribió un libro.
Del que barre la vereda.
De que fabrico la escoba.
Del que esta a punto de descubrir un medicamento.
Del que lo necesita para seguir viviendo.
Del que le sobra el tiempo.
Del que no le alcanzan las horas.
Del que estudia para un examen.
Del que prepara el cuestionario.
Del que dice que no hay nada por hacer y sigue luchando.
Del que lucha cuando no hay nada mas por hacer.
Del que no tiene techo, del que fabrica ladrillos.
Del que vuelve de bailar a la madrugada.
Del que se levanta a la madrugada para ir a trabajar.
Del que escribe una carta.
Del hachero que tala arboles para una papelera.
Del que compra un traje.
Del que junta a mano el algodón.
Del que se inunda.
Del que pierde la cosecha por la sequia.
Del que cosecha la uva.
Del que brinda con buen vino.
Del que amasa el pan.
Del que siembra trigo
Del que lo comparte
… así es la historia de los retazos.