Sueño de una tarde en Barrio Belgrano,
Sueño de una tarde en Barrio Belgrano
Rosario, Argentina, 3 de Junio de 1999
Esa mañana logro solucionar un – otro – inconveniente económico y de la angustia paso a un estado emocional óptimo gracias a un amigo.
Preparo el mate, me siento en mi querido banco de madera y disperso sobre el escritorio un puñado de sensaciones.
Algunas de alivio, otras, de gratitud.
Si existen millones de buenas personas y son mayoría: ¿Cómo es posible que por momentos duela tanto vivir en Argentina? ¿Qué país heredarán nuestros hijos?
No obtuve respuesta. Claro, si estaba solo.
- Algo deberíamos hacer para recuperar el aliento y la fe en nosotros mismos – estimo que pensé.
Vi una aguja, y un hilo, y una máquina, y unas manos. Y una tela celeste, y otra blanca y una ciudad, y una Nación de 24 provincias.
Y con esas agujas, hilos, máquinas, manos y telas vi una bandera, grande.
Al día siguiente en rueda de amigos y familiares que asistieron al cumpleaños de mi mujer, 4 de junio – por ello recuerdo la fecha de marras – mientras desgajamos el campo social, político, futbolero, económico y cultural argentino, degluto la última empanada y comento la idea.
Azorados, escépticos y razonables algunos, me miraron con lástima. Otros también azorados trataron de huir, pero se demoraron demasiado. Esa noche sustituimos pesares por utopías y quejas por acciones.
''El único camino posible hacia el éxito, es volver a intentarlo'' Thomas A. Edison
Si como generación arrastrábamos más de un fracaso, eso haríamos, volver a intentarlo.
Ese grupo de seres sin más herramienta que la esperanza, dio rienda suelta a su imaginación para transmitirle a cada argentino un mensaje alentador: si a la Nación la habían hecho pedazos, la misma gente con sus hijos como emblema, volvería a unirlos. ¿Cómo? Con una máquina de coser. Cada retazo lo simbolizaría.
Nacía con ellos, la creación de la bandera más grande y unida del mundo, confeccionada con retazos de tela donados desde cualquier rincón del país, en particular chicos y jóvenes de las escuelas, y cosidos por mujeres voluntarias en el propio Patio Cívico del Monumento Nacional a la Bandera. Sería esta bandera la más grande, como consecuencia de la unión de la gente.
Y como tributo al inimitable y admirado General Manuel Belgrano, extenderíamos la actividad hasta el año 2012, bicentenario de la creación de la bandera nacional.
Un historiador amigo, al conocer esta pequeña y hogareña historia, me señala que Belgrano nació un 3 de junio. Sonrío por su malintencionada asociación y lo mando a freír churros. También me recuerda que mi hijo se llama Joaquín, que mi mamá se llama Josefa, que amo el periodismo, que nací en la Cuna de la Bandera y que vivo en Barrio Belgrano.
Los churros estaban riquísimos. Le compré 3 docenas.
.....................................................Julio Vacaflor
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