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Manuel Belgrano: Sueño de una tarde de Belgrano... Versión Imprimible


Manuel Belgrano



¿QUÉ DÍA DE LA SEMANA FUE EL 27 DE FEBRERO DE 1812?

¿ESTUVO NUBLADO?

¿DE QUÉ AZÚL ESTUVO EL CIELO ESE DÍA?

¿CÓMO ERA ROSARIO, CUANDO AÚN NO ERA ROSARIO?




Aún no existía el Monumento a la Bandera, ni el puerto, ni la estación fluvial, ni colectividades, ni el Parque Nacional, ni Canal 5, ni el Concejo Deliberante, ni vendedores de panchos y pororó; y mucho menos: la Avenida Belgrano. Sólo había barrancas, una pequeña Villa de apenas 131 casas y una Capilla.

Falta poco para las seis de la tarde.
'' -¿Habrá terminado de coser la bandera doña María Catalina? - piensa el General -
- ¡Avísenle que hoy es 27 de Febrero, eh!

La bandera estaba terminada tal cual él la imaginó. Doña Catalina había cumplido cosiendo ese paño azul celeste y blanco.

Don Manuel recorre una y otra vez las barrancas, ansioso y emocionado, imaginando la alegría del Triunvirato al recibir la noticia:
Jura de la Bandera en las Barrancas del Paraná ''Siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola la mandé hacer blanco y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional: espero que sea de la aprobación de Vuestra Excelencia.''

Cosme Maciel no sabe aún que sin siquiera sacarse un 10 en la libreta, será el primer abanderado.

Ya son las seis de la tarde, Belgrano apura el paso. Frente a sus baterías ya formadas las mira con orgullo y les dice:
''Soldados de la patria. En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional; en aquél (señalando la batería Independencia) nuestras armas aumentarán sus glorias. Juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sud será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis decid conmigo: ¡Viva la Patria!''

Y allí se enarboló, en ambas baterías y para siempre, la bandera azul y blanca.
No le quedó tiempo para festejar. Partiría velozmente hacia el norte de las Provincias ¿Unidas? del Sur.
Atrás dejaba el Pago de los Arroyos, la ''ilustre y fiel'' Villa, que luego sería llamada Rosario. Ciudad que gracias a él, tendría el orgullo de convertirse en la Cuna de la Bandera.
Sería para siempre la Cuna de aquel ''Sueño de una tarde de Belgrano''.

- ¿Dónde estará ese Manuel Belgrano?

Mis elementales conocimientos me dicen que está en los libros, en especializadas revistas y en billetes que se devalúan. Él no se devalúa.

También, dicen que está en alusivas pinturas y en dibujos; en ocasiones pensando, en otras, enarbolando. En otras escribiendo y en otras rodeado por un Cabildo que aún hoy, lo extraña.
Que está en páginas relevantes de plumas que agigantan su figura.
Que está en los bajorrelieves de los mármoles del Monumento que rememora su creación.
Que su espíritu se encuentra en dos baterías que suenan y resuenan con dos ritmos contagiosos llamados Libertad e Independencia.
Dicen que está al frente de ejércitos derrotados y victoriosos.
Que está en el nombre de calles importantes del país, en estatuas ecuestres, en marchas y glosas.

A pesar de la escasez de mis conocimientos entiendo que lo que dicen, es cierto.
Pero también me pareció verlo llevando de la mano a un pibe a la escuela, y entrar a ella acompañándolo. Sentarse a su lado y escuchar lo que dicen de él.

Lo vi también reflejándose en los ojos de un pibe que en esa misma clase, no supo de fechas, pero que lo había dibujado y pintado en su cuaderno. En ese mismo cuaderno que hoy le muestra a su hijo. Y éste, le muestra el suyo a su abuelo; un viejo que de pibe, tal vez, pintó otra bandera con otros colores en otro cuaderno.

Manuel Belgrano Lo vi llorando de orgullo un 27 de Febrero de 1812. También lo vi llorando de pena al leer, en Jujuy, esa carta que el Triunvirato había enviado y él recibe tardíamente; aquella en la que lo retaban por la travesura del 27 de Febrero y le ordenaban desde Buenos Aires, que disimulara y ocultara la nueva bandera.

¿Cómo te lo imaginás al General leyendo esa misiva?
Su dolido corazón le dictaría a su pluma, lo siguiente:
''La bandera la he recogido, y la desharé para que no haya ni memoria de ella... sin necesidad de que aquella se note por persona alguna, pues si acaso me preguntaren por ella, responderé que se reserva para el día de una gran victoria por el ejército, y como éste está lejos, todos la habrán olvidado y se contentarán con lo que se les presente.''

La historia dirá que lo que se realiza con amor y coraje, vence al tiempo... y a las órdenes proclamadas desde el miedo.

Muy pocos recuerdan los nombres de los hombres que componían aquel Triunvirato. En cambio, vos sabés muy bien quién fue Manuel Belgrano. Es ese mismo que cada mañana te toma de la mano para recorrer los patios y las calles de la patria: la que él soñó y vos dibujás en el cuaderno y en tu piel.

Julio Vacaflor



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