1999 - La más grande. La más unida ,
Uniríamos a la gente con una inocente herramienta:
una máquina de coser.
Hacer de los retazos un todo inacabado.
Coser las heridas y los sueños de una Nación.
Una mujer tenía " orgullosa " un taller de costura.
Un día de 1994, debió cerrarlo porque no lograba sostenerlo económicamente.
Cinco años después - 1999 - se entera de una loca propuesta rosarina.
Vuelve al interior de su antiguo taller.
Sin temor, se adueña de un retazo de recuerdos. Toma un colectivo.
Desciende unas escalinatas; parecen ser las del Monumento.
Sus manos aprietan un paquetito. Un grupo de locos la reciben con inimaginable gratitud. Abre el paquete y allí estaba:
Llegaba el primer abrazo
El primer aliento.
El más esperado.
El primer retazo.
Contó en el 2003: €˜Cuando me enteré de esta idea, dije, ojalá que este retazo que recuerda aquel fracaso de mi taller, sea útil para hacer esta bandera. €™
Quién diría que aquel paño de tela guardado, al rescatarlo, sería el comienzo de esta unión nacional.
Esa mujer es María Angélica Buccomino.
Alta en el Cielo, en ella, homenajea a todos quienes con cada retazo, intentan que la patria de sus hijos sea:
La más grande. La más unida.
Alta en el Cielo comenzaba su utopía de la mano de los chicos. Joaquín de 12 de años enhebrando una aguja en 1999, lo confirma.
A su lado, las mujeres con sus hijos coserían aquellos primeros paños donados por particulares y organizaciones sociales; el Intendente también lleva el suyo.
Desde entonces, este ritual se repite en el Patio Cívico del Monumento y en centenares de comunidades de todo el país.
Todos comenzamos cada año a coserla y cada uno renace en el orgullo el desplegar luego, tanto esfuerzo individual hecho bandera colectiva.
Si para el camino más largo hace falta el primer paso, acabábamos de darlo.
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